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sábado, 1 de enero de 2011

LAS ULTIMAS REPRESENTACIONES DE LA FIESTA DE LOS OBISPILLOS EN LOS MONTES DE TOLEDO


Obispillo en el Altar de la iglesia de Arroba de los Montes.1964


En el contexto de las festividades litúrgicas de Navidad se celebraron en numerosas iglesias de Europa fiestas estudiantiles como la del Obispillo. Con distintas denominaciones en cada zona ( Festum baculi, Episcopus puerorum o innocentium, Obispillo, Obispo de inocentes, Obispete...), y con variantes locales en el ceremonial, la fiesta consistía básicamente en la “rebelión” de los subdiáconos (de los niños de coro (en el Obispillo), que por uno o más días invertían las jerarquías y se hacían con el control de los servicios litúrgicos.

Expulsaban a los canónigos de sus sitiales y se instalaban en los mejores puestos del coro, revestidos con capas pluviales y vestiduras sacerdotales decían ellos la misa, pronunciaban sermones burlescos, dirigían el coro, parodiaban la liturgia quemando suelas de zapato y excrementos en lugar de incienso, se paseaban en burro por la iglesia y las calles de la villa demandando bebida y terminaban con una gran comida en la que el vino corría abundantemente. En muchos lugares se elegía un Obispillo, un escolar que el día de San Nicolás era investido como obispo gozando de total autoridad y siendo incluso servido por el obispo verdadero y los miembros del cabildo.

Magnífico ejemplo de la importancia que el factor lúdico tenía en la vida medieval, los Obispillos y fiestas de locos son probablemente una cristianización de costumbres del mundo romano como las saturnalia que tenían lugar también en el mes de Diciembre y en las cuales se invertía del mismo modo el orden social y el pueblo daba rienda suelta a sus instintos.
tenemos testimonios de su extensión y popularidad en la literatura. Sirvan como ejemplo las palabras de Mateo Alemán en el Guzmán de Alfarache:
Como iba faltando el dinero de que disponer, me comenzaron a descomponer poco a poco, pieza por pieza: quedé degradado. Fue el obispillo de San Nicolás respetado el día del santo, y yo hasta no tener moneda (...) ¡Oh dulce vida la de estudiantes. Aquel hacer de obispillos!” (Libro II cap. IX).
Testimonio de la vitalidad de la fiesta son las persistentes condenas eclesiasticas. La prohibicion del Concilio de Aranda en 1473 de "sermones ilícitos" podria ser una referencia a los sermones burlescos de los obispillos. En Toledo se prohiben en 1566 en las que se condena " aquella fingida y pueril eleccion de un obispo que suele hacerse con infame abuso en ciertas solemnidades del año"
Testimonio de la vitalidad de la fiesta son las persistentes condenas eclesiasticas. La prohibicion del Concilio de Aranda en 1473 de "sermones ilicitos" podrian ser una referencia a los sermones burlescos de los obispillos.
En Toledo se prohiben en 1566 en las que se condena " aquella fingida y pueril eleccion de un obispo que suele hacerse con infame abuso en ciertas solemnidades del año"

Obispillo con sus pajes en Arroba de los Montes

 El 6 era la fiesta del obispillo, basada en la singular elección de San Nicolás como obispo de Mira en el Asia Menor, al ser el primer presbítero que se acercó a la iglesia en la mañana de un día fijado por la asamblea de obispos de aquella región, y también el día que este santo viaja de España a Holanda para llevar regalos. Del nombre latino Sanctus Nicolaus proviene Santa-Claus, hoy sustituido con esa figura insulsa y laica de Papá Navidad; así, en el trascoro y con una parafernalia digna del momento, de entre los clerizones, seises y acólitos de la Catedral era dado a conocer el nombre del obispillo elegido por su comportamiento o buena aplicación en sus estudios.



Obispillos en la puerta de la iglesia
Al chico proclamado se le revestía con los atributos episcopales y era acompañado por todo el cabildo y clero Catedralicio hasta su asiento, bien a la izquierda o a la derecha del sitial arzobispal del coro. El mandato del obispillo terminaba el día 28, fiesta de los Santos Inocentes, y era entonces cuando todo volvía a la normalidad.
Lo divertido del día final de esta fiesta es que los papeles iban a cambiar; los canónigos se iban a vestir de clerizones y acólitos -hasta uno de ellos se vestía de perrero- y ese grupo de niños y jóvenes iban a ocupar los altos cargos del cabildo catedralicio. A las primeras vísperas, el obispillo se sentaba en la silla arzobispal.

Obispillos,Arroba 1964
La fiesta sería suprimida en la segunda mitad del siglo XVI durante el pontificado de Bartolomé de Carranza, en pleno proceso inquisitorial contra su persona aunque hubo alguna que otra celebración esporádica hasta finales del siglo XIX como relatan algunos toledanos de la época.


Obispillo en procesion, Arroba de los Montes.1964

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